Frente a la digitalización escolar, el seguro es la mejor opción 

El inicio de septiembre marca el inicio del año escolar y del retorno de los más pequeños a las aulas, pero también marca la reapertura de los debates entre asociaciones de padres y expertos sobre dónde están los límites de la digitalización en los colegios.  

Mientras algunos docentes luchan por frenar el avance de una herramienta que, en su experiencia, limita la capacidad de concentración de sus alumnos, otros padres comparten su preocupación por la imposición de material de alto valor en colegios públicos donde no todos los alumnos tienen el mismo poder adquisitivo. 

En mayor o menor medida, sin embargo, la digitalización es una realidad cuyos beneficios o daños todavía no han podido ser contrastados debido a su novedad y a su constante transformación. Mientras que algunos profesores afirman que sus beneficios están sobrevalorados, los estudiantes responden de manera mucho más efectiva a medios digitales como los que utilizan con regularidad fuera del colegio. 

UNA REALIDAD ESCOLAR 

Hasta que pruebas y estudios no demuestren su impacto real en los colegios, las labores de investigación y escritura rara vez se realizarán en torno a libros o cuadernos, y la monitorización del aprendizaje está cada vez más ligada a herramientas como tablets en cursos con alumnos más jóvenes, y ordenadores portátiles en el caso de educación secundaria y ramas superiores. 

Por eso, muchos padres se han visto forzados a hacer frente a una situación económica considerablemente más compleja que en años anteriores, ya que han tenido que sustituir el precio total de la vuelta al cole, tradicionalmente compuesto de papelería y libros, por aquel de tecnología como tablets y portátiles, que además son susceptibles de incrementarse hasta duplicarse en el caso de que esa tecnología sea dañada o rota, y deba ser reparado o repuesta.  

Por eso, un seguro tecnológico se ha alzado como una de las alternativas más sostenibles para la digitalización escolar, ya que permite reducir tanto los gastos de las familias como el consumo de tecnología. 

VENTAJAS DE UN BUEN SEGURO TECNOLÓGICO 

Cuando una familia con la tecnología escolar de su hijo protegida bajo el paraguas de un seguro, eventos desafortunados e inesperados como el robo o hurto de un portátil o tablet en un viaje en transporte público, o que éstos sufran daños no reparables en un descuido de los niños, supone aproximadamente, según una media aproximada deducida de nuestros propios datos, en torno a un tercio del coste de cualquier reparación, por muy sencilla que ésta sea.  

Sin embargo, las ventajas de la contratación de un seguro no se limitan solo a aspectos económicos, sino que también incluyen la comodidad de no tener que buscar una reparador contrastado que garantice el nivel de fiabilidad que esperas para la tecnología de tus hijos, y no tener que encargarse de gestionar la entrega del dispositivo roto a esa tienda, ya que en muchas ocasiones encargarse personalmente de recoger el dispositivo, llevarlo al reparador y devolverlo a sus propietarios se incluye dentro de las coberturas del seguro. Esto, además, se traduce en una facilidad de tiempo, ya que el proceso funciona de manera mucho más rápida y mucho más eficiente, haciendo que tus hijos pierdan mucho menos tiempo escolar de calidad

El gasto total relacionado con la adquisición y el mantenimiento de un dispositivo tecnológico disminuye significativamente cuando se aprovechan los beneficios de la colectivización de seguros o, lo que es lo mismo, conseguir que la institución en la que están inscritos tus hijos organice una póliza a través del colegio a la que diferentes padres puedan suscribirse para proteger los dispositivos de sus hijos de manera colectiva.  

Si una escuela o universidad logra acuerdos de precios bajos al unirse en un programa de protección para las familias, incluso si la participación en el seguro es opcional para cada familia, el precio individual para cada familia será considerablemente más bajo en comparación con la alternativa de buscar una protección individual. Además, sin la seguridad que proporciona un seguro que garantiza reparaciones de alta calidad, los padres que buscan por su cuenta la manera más rápida o económica de reparar el dispositivo de sus hijos cuando se daña también se enfrentan a una serie de desafíos. 

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